Basado en una serie de ocho
conferencias sobre agricultura que dictó en Schlessina petición de un grupo de
agricultores que empezaron a notar la degradación del suelo de sus fincas así
como un deterioro de la salud y la calidad de los cultivos y el ganado, Rudolf
Steiner publicó en 1924, un libro titulado “Curso sobre agricultura biológica-dinámica”;
una forma de producción que con el tiempo, pasó a ser conocida como agricultura
biodinámica.
El término biodinámica viene del
griego bios (vida) y dynamis (energía) para hacer alusión a que este método
trabaja en armonía con la energía que crea y mantiene la vida buscando la
correcta relación entre los seres vivos y la Tierra.
Este tipo de agricultura se
podría definir como el desarrollo consciente de una relación intuitiva con la
naturaleza. Al igual que la agroecología
y la agricultura orgánica, la biodinámica utiliza medios naturales y
sostenibles para sus cultivos, como rotaciones de cultivos, aplicación de
compost elaborado con estiércol de la granja; control de malezas y enfermedades
utilizando materiales basados en plantas y minerales.
Esta técnica se basa en la
antroposofía, una filosofía holística de origen teosófico, desarrollada por el
propio Steiner, que además de respetar el medio ambiente y la diversidad
biológica, asume una dimensión espiritual en la relación de las personas con la
Tierra y permite trabajar en armonía con las fuerzas cósmicas.
Su enfoque considera
conocimientos astrológicos que indican que la posición de ciertos astros en
determinados signos del zodiaco son los mejores momentos para realizar la
siembra y otras labores culturales. Esto
apunta a que se requiere una mejor comprensión de las leyes, que están detrás
de las fuerzas de crecimiento de la naturaleza, a fin de que podamos saber, por
ejemplo, qué fase de la luna es más apropiada para la poda en diversos tipos de
cultivos.
Una granja es concebida como un
organismo vivo y autosuficiente formado por todos los animales y plantas que la
habitan. Una entidad con individualidad propia dentro de un conjunto de
organismos interdependientes y conectados a través del cosmos recibiendo la
influencia de fuerzas naturales como la luna y el sol a través de los ciclos
del día, la noche y las estaciones.
El método hace hincapié en la
integración de los cultivos y la ganadería, su salud y bienestar, el reciclaje
de nutrientes y el mantenimiento del suelo; el uso de abonos verdes y la
rotación de cultivos también son prácticas ampliamente utilizadas. Como el productor y su familia son parte del
todo, las fincas biodinámicas suelen tener un componente cultural e influyen en
la comunidad local.
La piedra angular de la
agricultura biodinámica consiste en nueve preparados descritos por Steiner para
ayudar a la fertilización y optimización de las cosechas. Los métodos para elaborarlos se conocen como
dinamización. Este proceso supone, para
los agricultores, creer y sacarle provecho a ritmos, fuerzas y energías
cósmicas que influyen en todos los seres vivos.
Los más escépticos no comparten
los valores esotéricos basados en planteamientos espirituales, argumentando que
son suposiciones sin fundamento empírico contrastable. Sin embargo, hoy día es posible encontrar
fincas y jardines certificados, que operan con este enfoque en más de 50 países
y la Universidad de Kassel en Alemania, tiene un Departamento de agricultura
biodinámica.
Los productos de la agricultura
biodinámica están certificados con su propio sello de calidad Deméter, en honor
a la diosa griega de la cosecha y fertilidad de la tierra, el cual goza de gran
credibilidad, ya que la etiqueta también garantiza que se cumplen los requisitos
de la normativa orgánica europea.
Este sello es gestionado por la
Asociación Deméter Internacional que fue fundada en 1977 y tiene su sede en
Darmstadt, Alemania. Representa a más de 4.700 productores distribuidos en los
cinco continentes.
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