A mediados de los años 80,
investigadores de la Universidad de Minnesota realizaron un ensayo para la
corrección del pH del suelo aplicando diferentes concentraciones de productos
cálcicos en una red de puntos fijos por hectárea (grid sampling). Los resultados
de este trabajo arrojaron los primeros mapas de pronósticos para las
aplicaciones de nutrientes y minerales en una parcela.
El diseño de grid sampling pronto
pasó del ámbito investigativo al de la producción pues este método permitía una
gestión más eficiente de la variabilidad presente en el suelo. Esta aplicación derivó en lo que hoy se
conoce como agricultura de precisión; una estrategia de administración que
utiliza las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y los sistemas
de información geográficos (SIG) para una gestión agronómica más eficaz.
La tecnología proporciona la
capacidad de transformar la información en conocimiento y rentabilidad. La idea es recolectar y evaluar datos con el
fin de apoyar la toma decisiones relacionada con la producción de cultivos.
La agricultura de precisión
permite el manejo óptimo de grandes extensiones, la elaboración de mapas de
rendimiento por sector dentro de una misma parcela y puede ayudar a mejorar los
márgenes a través de un aumento del rendimiento (cantidad o calidad); una
reducción en la cantidad de insumos o una combinación de ambos.
Puede ser utilizada para estimar
con mayor exactitud la densidad óptima de siembra, conocer los requerimientos
de fertilizantes e incluso predecir el rendimiento de los cultivos. Otra ventaja agronómica es que las labores
culturales se ajustan a las necesidades de la planta mejorando así la
fertilización y la gestión de plagas y enfermedades.
Desde el punto de vista
económico, reduce los costos de producción y aumenta la competitividad pues
utiliza los insumos y la energía de modo más eficiente y eficaz. Al aplicar los fertilizantes, los pesticidas
y el riego según las necesidades específicas de un área determinada, reduce el
la polución por el uso de agroquímicos.
Sin embargo, la agricultura de
precisión no es una opción para cualquier agricultor, existen limitantes que
dificultan su adopción como el elevado costo de inversión en hardware y
software.
En promedio, el sector agrícola
tiene un bajo nivel de formación e información; este modelo exige un alto nivel
de educación, habilidades informáticas así como un entrenamiento específico
para recolectar datos útiles y georeferenciados con los cuales poder realizar
análisis específicos.
Los proveedores de tecnología no
son muchos y finalmente, los ajustes de gestión y la identificación de los
factores limitantes del rendimiento pueden ser lentos.
La agricultura de precisión es
una alternativa relativamente nueva que puede ayudar a reducir el impacto
ambiental de la producción agrícola y paralelamente, apoyar al productor en la
toma de decisiones razonadas. No
obstante, aprovechar estas ventajas puede no ser sencillo debido a la falta de
recursos y el cambio de paradigma que supone la adopción de esta
tecnología. Es mucho lo que nos queda
por hacer.
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